Llegamos a Carmelo donde nos esperaba Coco. Él tiene una casa rodante hace muchísimos años y apenas conoció nuestra historia no dudo en recibirnos en su ciudad, y guiarnos. Carmelo es una ciudad perteneciente al departamento de Colonia, y cuenta con 18000 habitantes.
Estacionamos en un playón que se encuentra al borde de la playa, y dormimos durante algunos días con el sonido de las olas rompiendo en la orilla.
El Río de la Plata baña la costa de la Playa Seré, y al atardecer se convierte en el lugar perfecto para juntarse con familiares y amigos a tomar mates, es que los colores del cielo se tornan anaranjados, y el sol va cayendo, convirtiendo el paisaje en una bellísima postal.
También nos encontramos con un matrimonio francés que vendió todo, compró un motorhome, y se lanzó a recorrer el mundo. Nos estuvieron aconsejando, guiando, y contando sobre su experiencia viajera.
El día que íbamos a partir a Colonia del Sacramento, nos encontramos con Verónica y Lucho, y sus hijos, Vicky y Mirko. Ellos son argentinos, tienen un barco, y los fines de semana y vacaciones, navegan hasta las costas de Uruguay. Decidimos posponer la partida algunos días para conversar con ellos. Disfrutamos de lindos momentos con una hermosa familia. Vero y Lucho son viajeros y buzos. Les encanta el sur argentino, aunque también han viajado por países limítrofes. Vicky y Mirko son unos hijos maravillosos y muy aventureros; a ellos les fascina la vida sobre el barco.
Y nos visitó un matrimonio argentino y su hija, que nos contaron que ese mismo día habían estado hablando de nosotros (pues habían visto el motorhome de un matrimonio francés que estaba recorriendo el mundo), y se habían preguntando: «¿Por dónde andarán los rodando ando?». A las pocas horas, nos habían visto en la playa, nos reconocieron y siguieron hasta el motorhome para conversar con nosotros. Ellos habían regresado de un tour por Europa, y planeaban seguir viajando, pues esa era su pasión.
Llegó la hora de despedirnos, y partir a Colonia del Sacramento. Nos llevamos lindos recuerdos de Carmelo, y de las maravillosas personas que nos encontramos allí.