Iquique es un destino especial para nosotros. No por la belleza de sus playas, ni por la arquitectura o la historia que encierra esta ciudad. Tampoco porque se encuentre dentro del desierto más árido del mundo. Iquique es especial por ellos.
A diferencia de una guía de viajes, donde los lugares son elegidos por sus atractivos naturales, monumentos históricos o sitios multi-estrellas donde el turista puede sentirse sumamente cómodo; nuestro viaje se basa en conocer el lugar en todos sus aspectos. Vivimos y compartimos diariamente las costumbres de cada sitio junto a la gente local; por eso es difícil mencionar un lugar sin recodar a los amigos.
A Raul lo conocimos a través del Desafío Levantemos Chile (una ONG -que nació en el año 2010 luego de que el terremoto y tsunami arrasaran el centro y sur de Chile- en la cual es voluntario), y a las pocas horas de conversar con él, estacionamos frente a su casa. A pesar de llegar repentinamente a nuestras vidas, supo marcar nuestros corazones.
Apenas se enteró de que nos hacía falta una computadora, nos regaló una notebook, un disco rígido, memorias y una fuente para la computadora. Pero eso no fue lo único que nos regaló… él nos entregó su confianza y su sabiduría. No solo nos enseñó sobre fotografía, video y diseño; él nos enseñó sobre la vida. Con él nos hemos enriquecido. Es una gran persona, un corazón puro. Raul es un ejemplo, alguien digno de conocer, nuestro amigo, nuestro hermano, nuestro hijo. Raul es un Rodando Ando. Y jamás nos olvidaremos de él. Porque lo llevamos en nuestros corazones para siempre. Gracias por tanto, Raul!
Gracias a Raul conocimos a Leandro (también voluntario en el Desafío). Leandro, así de chiquito que lo ven, es alegría caminante. Él nos ayudó obsequiándole a Ornella -nuestra chef- artículos para cocinar, de su local Mundo Caramelo. Desde la primera vez que lo conocimos -cuando muy serio se mostraba- supo abrir las puertas de su corazón, compartiendo sus sueños. Él siempre estuvo dispuesto a ayudarnos, y a regalarnos esos abrazos tan cálidos que lo caracterizan. Un gran amigo, una gran persona, un corazón enorme y alegre. Leandro es alguien especial, a quien nunca olvidaremos. Gracias por todo, Leandro!
Nos despedimos de Iquique, lágrimas de por medio, aprendiendo que las fronteras son imaginarias. Que en el interior somos todos iguales, somos vecinos, somos hermanos. Estamos felices de cruzar nuestros caminos con tan lindas personas! Los queremos!