Llegamos desde la frontera Perú-Ecuador. El pequeño arco que se levantaba en la entrada nos hizo dudar sobre si podíamos ingresar o no. Los conductores de los famosos motocarros nos gritaban para que frenemos, decían que no pasábamos. Decidimos entrar al pequeño pueblo igual. Lo logramos, y con centímetros sobrantes.
Recorrimos el kilómetro que separa la Panamericana Norte del balneario, buscamos un lugar donde estacionar y caminamos unas cuadras de noche, hasta que llegamos a la playa. Estuvimos unos minutos escuchando el sonido del mar, y cuando estábamos por volvernos, mamá dice:- miren, se encienden las olas.
Noches anteriores habíamos visto fotos espectaculares de las noctilucas: unas algas que contienen una enzima que, al entrar en contacto con el oxígeno, genera destellos de luz. Pareciera que miles de bichitos de luz estuviesen en el suelo y en las olas.
En un principio creímos que se trataba de una mala jugada de nuestra imaginación, que deseábamos tanto presenciar tal acto de la naturaleza que lo confundíamos con reflejo de las luces del pueblo en las burbujas del mar. Pero cuanto más nos acercábamos a la oscuridad, más destellos aparecían y más fuerte era su luz. Descubrimos que cuanto más fuerte pisáramos, más luminosidad irradiaban. Así que ahí estábamos nosotros, saltando en la playa y mirando el suelo. La naturaleza nos había regalado un mar de destellos.
Quisimos fotografiar el momento pero la contaminación lumínica no lo permitió. Esta imagen es tomada de internet.
A la mañana siguiente nos despertaron Nati y Marito, los integrantes de De Gira Por América. Ellos partieron de Buenos Aires un algunos meses atrás, viajando a bordo de su camioneta. Compartimos unos mates, charlas y un hermoso día de playa. A la noche salimos a caminar un poco, y terminamos en la costa. Les comentamos sobre las noctilucas, y buscamos la oscuridad para mostrarle el fenómeno natural. Ellos, en un principio, reaccionaron igual que nosotros: ¿no será el reflejo de la luz en las burbujas? Y a los pocos minutos observaban las noctilucas con asombro.
Festejamos los 6 meses de viaje de Nati y Marito, y nuestro año y medio de viaje. Comimos papas a la huancaína y tomamos pisco sour. Al día siguiente nos encontramos con Marie y su esposo, una pareja francesa que está recorriendo el mundo a bordo de su motorhome.