Visitamos el centro historico de Quito por segunda vez, y allí encontramos una pastelería y panadería artesanal que nos sorprendió con exquisiteces dulces que hace rato que no probabamos…un lugar que rescata el trabajo artesanal en Quito, recuperando sabores tradicionales nos contó su propietario…
El lugar esta ambientado muy calidamente…Justamente estaban haciendo alfajores de maicena.
El propietario de En DulceFranklin Utreras nos recibió muy cálidamente un emprendimiento familiar que comenzó hace una decada y pronto abrirán nuevas sucursales. Nos contó el desarrollo de su emprendimiento que le llevó una decada, llegar a lograr los excelentes productos que pudimos degustar.
Probamos unos exquisitos bombones, con el fino chocolate de Ecuador, bombones de Maracuya, Almendra, Moka, LImon, …y pepitas de cacao puro… un placer saborearlos
Un exquisito Tiramisú italiano, un café con amarula (un licor que se hace en base a un fruto de un árbol de Sudafrica)
Un rico Sandwich de Caprese y una Colada Morada (en base a hierbas, maiz morado y frutas finas) típica de Ecuador
Torta Pasión de Chocolate y un Frozen Latte
Un Sandwich de Pernil, empanada de Carne y un Frozen Capuccino
Nos sorprendió que en las paredes y en las mesas de En Dulce rescatan las leyendas mas emblematicas de Ecuador y una de las que mas me sorprendió por el ingenio popular es la Leyenda de Cantuña, aquí se las transcribo…
Cuenta la leyenda, que había un indio al que se llamaba Cantuña.
Los franciscanos le asignaron una labor complicada que era la de construir una Iglesia en Quito. Cantuña, aceptó y dijo que lo iba a construir en seis meses, pero que a cambio, pedía una muy buena cantidad de dinero.
La hazaña parecía algo casi imposible, pero Cantuña puso su máximo esfuerzo y empeño, juntó a los mejores indígenas para avanzar rápido. Cuando ya estuvo por acabar el quinto mes, Cantuña no había avanzado lo suficiente. Él muy desesperado, pensó vender su alma al diablo a cambio de que le ayuden a terminar lo más rápido su construcción.
Cuando se hizo el pacto, los diablillos empezaron a avanzar la construcción de una manera insuperable. Cantuña estaba convencido de que iba a perder su alma, pero para no perderla, se le ocurrió una idea única y muy fantástica.
Escabulléndose en la edificación sin ser visto, cogió la ultima piedra que iba a ser usada para terminar la construcción, y luego, escribió:
«Quién ponga esta ultima piedra en su lugar, reconocerá que Dios es más grande que Él».
El Diablo al notar aquella terrible advertencia, sin demora huyo dejando todo casi al acabar, y Cantuña logró así salvar su alma y ganar su ansiada apuesta.
Dirección: Calle Guayaquil N6-56 y Olmedo, Centro Histórico.
Teléfonos: 0992788266 – (02) 228-8000